Vacaciones sostenibles
y respetuosas del medio ambiente

Mayo de 2021, se nos confía la gestión de 2 campings municipales de Agde. La temporada está en marcha, pero también el trabajo fundamental: cómo poner en práctica nuestro concepto de alojamiento y hacer algo por nuestro entorno.

Retrocedamos en el tiempo…

La Tama, entre incoherencias y falsas creencias.

Gestión histórica

Este camping municipal llevaba años funcionando, sin apenas inversión ni renovación. Ha acogido a muchos visitantes habituales durante varias décadas. Muchas generaciones se han alojado en La Tama, cada una con sus propias anécdotas, encuentros y recuerdos imborrables.

De mediados de abril a mediados de septiembre, servía de apoyo a los comerciantes cercanos al muelle. Tuvo que cerrar como muy tarde el 15 de septiembre para dejar el terreno a los cazadores, y volvió a convertirse en un parque público para los paseantes, para regocijo de los vecinos y de la comunidad local.

En una época se instalaron casas móviles, que se trasladaban a La Clape todos los inviernos antes de permanecer allí por el coste que suponía. Después se instalaron las estructuras fijas que todos conocemos a la entrada: unas sesenta casas móviles que podían alojar a 7 personas en aquella época.

Desde entonces, los tiempos han cambiado, se han prohibido las casas móviles y algunas se encuentran dentro del límite de los 100 metros.

La actividad del camping ha obligado a instalar instalaciones en las paredes de los búnkeres, patrimonio histórico protegido.

La legislación ha ido evolucionando con el tiempo, con el objetivo de proteger el espacio natural y conservar el pinar al tiempo que se fomentaba la acampada.

El pinar de la Tamarissière

Originalmente diseñado por el hombre hace más de 200 años, ha sufrido numerosos cambios y transformaciones a lo largo de los años. Cada zona del camping es testigo de la historia del lugar, y la altura de los árboles da una idea de la edad de los pinos. Durante la Segunda Guerra Mundial, los alemanes arrasaron el paseo marítimo para construir sus búnkeres, antes de darse cuenta de que eran demasiado vulnerables para ser vistos desde el aire. De ahí surgieron los revestimientos que pueden verse hoy, con espíritu de camuflaje.

La Comuna trabajó en colaboración con la ONF para preservar el pinar y mantenerlo vivo.

El personal del camping, que sigue allí hoy en día, conoce el bosque de memoria.

Hoy en día, el bosque sufre en varios aspectos:

El calentamiento global y la presencia de agua salobre en el acuífero cercano ya han dado los primeros resultados: los álamos del aparcamiento hasta el depósito de agua están en un estado lamentable. A las raíces, que buscan el agua en profundidad, les cuesta entrar en contacto con la sal.

Los pinos, cuyas raíces forman una red en la superficie, van bien en este sentido. Pero el azote de los escarabajos de la corteza está dañando toda la superficie del pinar. Se puede reconocer un árbol infestado por los depósitos de serrín en su tronco y en su base. El escarabajo de la corteza se arrastra entre la corteza y la carne de un árbol débil (un árbol débil emite feromonas que atraen al insecto), pone huevos y seca el árbol. Cuando los insectos emergen, ya es demasiado tarde: el árbol está muerto. Esta situación justifica una tala rápida para evitar contaminar el resto de la madera.

Tras la decisión del Ayuntamiento de confiarnos la gestión y la construcción de nuestros primeros chalets, hubo una controversia entre el miedo y la resistencia al cambio.

Decidimos no realizar ninguna tala y dejar que las autoridades públicas gestionaran esta parte del terreno, pues de lo contrario se nos acusaría de talar árboles indiscriminadamente para el desarrollo del camping. Hasta la fecha, el director técnico de La Tamarissière, que lleva más de 30 años en el lugar y más de 18 viviendo allí, ha encontrado más de 100 árboles muertos en todo el camping. El 98% de ellos murieron a causa del escarabajo descortezador.

En la gestión forestal, y en particular de los pinos, es necesario replantar, así como talar para permitir que los ejemplares más fuertes desarrollen sus copas. Durante varios años, no se había replantado ningún árbol a pesar de las talas regulares. La tala de árboles siempre ha suscitado polémica, pero la ausencia de plantación no.

El personal actúa como centinelas y observa a diario las especies animales presentes en el bosque, que regresan con regularidad como esta pareja de búhos medianos sobre el edificio sanitario rojo, o recién residentes como un halcón que anida actualmente en la torre del agua, entrando por la ventana rota.

Otro error frecuente es pensar que las obras han ahuyentado a las ardillas, emblema del camping. ¿Cómo pueden ser las obras en el suelo de una pequeña parte del camping responsables de la huida de un animal que vive en las copas de los árboles? Sin ánimo de juzgar ni incriminar, la caza practicada en la época, cuando disparar al aire era obligatorio por razones de seguridad con los senderistas, ¿no molestaría más a esta pequeña colonia? Del mismo modo que los ojos agudos de cualquier paseante pueden reconocer la proliferación de urracas, aves plaga que destruyen los nidos y atacan a las crías. No sabemos la causa de este cambio, pero siempre nos brillan los ojos cuando las vemos trepar y desplazarse de un árbol a otro.

La evolución del camping

El concepto de camping ha cambiado radicalmente en los últimos años. El contexto actual de altos precios del combustible, la era post-Covid y la búsqueda de mayor comodidad han tenido un impacto directo en el modelo de negocio de la profesión. Las parcelas desnudas han sido parcialmente sustituidas por casas móviles. Los clientes sedientos de un cambio de aires se alejan de las tiendas de campaña y las caravanas, cada vez menos populares.

El desarrollo del alojamiento no es incompatible con la conservación del pinar y el camping en general.

La afirmación que se hace a menudo es: el campista tradicional está más en sintonía con la naturaleza y su estancia es más respetuosa con el medio ambiente.

Construcción de nuevos chalés

Fabricamos bloques de hormigón para poder colocar sobre ellos nuestros alojamientos totalmente de madera. Los bloques garantizan que el sistema radicular de los pinos no se vea afectado. Al igual que para las redes de alcantarillado, no se cortaron las grandes raíces y pasamos las tuberías entre ellas.

Los zancos tienen más de una ventaja: permiten que la vegetación vuelva a crecer bajo los pisos altos de los zancos y proporcionan escondites y cajas nido para pequeños roedores y otros mamíferos, como erizos, en los pisos bajos.

Durante la visita de LPO, pudieron observar la vegetación vertical que caracteriza el lugar, pero que no favorece la llegada de nuevos residentes. Recomendaron la plantación de bosquecillos de tipo seto, prohibidos en La Tamarissière por la normativa que regula los sitios notables. También regula con la ONF la posibilidad de introducir especies vegetales: no se planta cualquier cosa, en cualquier sitio.